EXTRAVÍO


 EXTRAVÍO


Algunas noches me siento más sola que otras, es así como inicio el camino rumbo a la tierra prometida de la poesía y encuentro compañía entre hojas de papel que me narran del mundo maravilloso y caótico que inventamos los seres que dialogamos con la luna.

En el último instante en el que la noche muere y la mañana se aproxima a lanzar su llanto, descubro que el tiempo con su infinita paciencia me hace sabia y torpe, forja mi carácter de acero y estrangula mis esperanzas una a una, logra renacerme en agua para que todo fluya y aquellas cosas que me ataron en algún momento finalmente conozcan la libertad y manden las cadenas al carajo...

Sólo algunas noches me siento así, las demás soy una gata vagabunda en el tejado de mis pensamientos, que lame sus heridas y busca refugio en las estrellas, negándose a escribir, a escuchar las voces del más allá, a salir de su tumba de basurero.

Forcejeo con el sueño y antes de vencerme el cansancio observo curiosa cómo poco antes de morir el silencio que el final realmente es el inicio de todo. Respiro profundo y después maullo largo dentro de las horas que aún me debe la noche, noche en la que encuentro visiones, huellas, fósiles, sobrevivientes destellos de luz que atemorizan mi carne y la fuerza de mi inmortal oscuridad, esa que jamás he negado y que habita del lado que nadie ve.

Sé que soy capaz de cambiar de piel, aunque eso hace mucho que dejó de importarme, porque aún haciéndolo, siempre seré de la misma especie. 

Me placer saber que la luna está llena de mis miradas buscando una respuesta, la empatía que siento por su luz motiva a mis sombras a ser como soy.


Musa Peregrina 


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